Tu nombre es para siempre, gracias a
él te nombran, te recuerdan y caracterizan.
“Logo” proviene del griego y
lo que significó en un principio palabra
o discurso ha adquirido el significado de nombre.
A lo largo de la historia el logo ha
supuesto la representación gráfica
de un nombre en infinidad de formatos
y medios adquiriendo poco a
poco el sentido de marca o símbolo
diferenciador.
¿Cuándo aparece el logo? Si consideramos
el mismo como representaciones
gráficas diferenciadoras podemos
remontarnos a las primeras
civilizaciones estables del Mediterráneo, donde existía un público y una
capacidad de elaboración del mismo
con materiales e instrumentos de la
época. Sin embargo, si tomamos
como referencia la de nición actual
de logotipo, la cual incluye la característica
de reproductividad exacta
como estandarte, podremos decir
que el logotipo como tal no aparece
hasta el siglo XV, gracias a la imprenta
de Gutenberg.
La economía de subsistencia de la
época fundamentalmente basada en
actividades agrícolas, de caza y de
pesca no suponían el mejor ambiente
para llevar a cabo manifestaciones
publicitarias. Sin embargo, poco a
poco van surgiendo el sedentarismo
como forma de vida y junto a él la
formación de estructuras urbanas y
ejercicios comerciales que significaron
la creación de un contexto
idóneo para la aparición de los
primeros logotipos.
Especias o tapices son algunos de los
productos estrella en civilizaciones
como la babilónica, en la cual se
busca la diferenciación que aporta el
logo realizado a través de tablillas de
arcilla para aminorar la creciente
competencia que soportan los negocios,
fruto de la progresiva crecida de
demanda y formación de rutas
comerciales.
Dichos logos de arcilla, proporcionaban
el necesitado posicionamiento y
prestigio, armas para poder desbancar
a la competencia de una posición
líder.
El desarrollo comercial y económico
de Egipto proporciona nuevas
formas de plasmación comercial en
la que el logotipo juega un papel
fundamental. Los papiros, mucho
más fáciles para trabajar, reproducir y
ser trasportado juegan un papel
fundamental. Éstos son colocados en
puntos estratégicos de las ciudades,
donde el ciudadano puede verlos.
La antigua Grecia es conocida por el
desarrollo del comercio y la cultura.
Es en este entorno donde surge el
pergamino como forma de comunicación
y reproducción. Existen anuncios
y respectivos logotipos, pero la
ciudad griega tiene un problema, sus
calles no cuentan con numeración ni
signos distintivos haciendo muy
dificil la localización de los establecimientos
comerciales.
Surge entonces los axones, algo similar
al rótulo de hoy en día. Aquellos
axones realizados a partir de piedra,
madera o simple pergamino supusieron
la extensión del logotipo. Así las
personas que leían carteles comerciales
situados en sitios estratégicos
eran capaces de reconocer a qué
local pertenecía ese anuncio. En esa
época, los comerciantes empiezan a
reproducir en puertas o fachadas
símbolos asociados a un determinado
tipo de establecimiento.Surge así
la enseña, tendencia que se asocia en
la actualidad con el hecho de reproducir
en el logo ilustraciones propias
del campo de negocio en la que se
encuentra inmerso la empresa.
También se extiende la moneda,
griegos y romanos utilizaron monedas
las cuales representaban imágenes
y nombres de sus ciudades y
gobernantes.
La ciudad romana se convierte en un
gran receptáculo publicitario adquiriendo
las innovaciones griegas y
aportándole organización y normalización
a una actividad que hasta
entonces había sido difusa y arbitraria.
Con establecimientos ya especializados
y bien surtidos, la práctica del
nombre comercial es algo imprescindible
para diferenciarse y atraer a la
clientela.
De este modo los logotipos de los
comercios aportan la señalización buscada y son representados en
pinturas al fresco, terracota, bajorrelieve
e incluso en piezas metálicas. Es
entonces cuando se normaliza aquellos
signos propios de cada tipo de
establecimiento permitiendo el
rápido y claro reconocimiento de la
temática y servicios ofrecidos del
local. Asimismo tonel simbolizaba
una taberna o un pez una pescadería.
En definitiva el logotipo se extiende,
su auge es tal, que muchas veces,
obliga a los gobernantes a regular su
uso, en tamaño o forma. Se produce
la representación de gobernantes o
ciudades en las monedas. Sin embargo,
si hay un factor decisivo en la
expansión de logotipo como símbolo
comercial y publicitario ese es la
invención de la imprenta. Este invento
proporciona tres ideas claves la
extensión del logo: la reproductividad
exacta, y su rápida difusión y la
variedad de formatos en el que ser
plasmado.
La representación de la empresa a
través de los logotipos aparece ya en
papel, bien acompañando a la
prensa o bien formando parte de una
recopilación de anuncios en lo que
se consideraba para la época de
semanarios publicitarios.
Recorremos poco a poco los años y la
sociedad hasta llegar a la Edad
Media. Con la llegada de los gremios
y cuerpos de oficio en el sistema
imperante, surgieron las marcas.
La influyente aparición del “arte
heráldico” tuvo una gran influencia
en las marcas de identidad y en logotipos
hasta convertirse en un código
coherente y reconocido de identificación de personas, acogido posteriormente
por la iglesia Católica para
la identi cación de jerarquías.
Del mismo modo, esta tendencia fue
acogida por otros colectivos de la
sociedad; gremios y asociaciones e
identificación de ciudades, villas y
territorios. identidad al ser caligrafiada
en el embalaje del producto. A
partir la introducción en el embalaje
de la marca, se puede hablar del nacimiento
de la marca moderna donde
ya aparece con características acopladas
a la actualidad como la publicidad,
que aumentó notoriamente la
influencia y popularidad de éstas introduciéndolas en el mercado.
La incorporación del arte heráldico,
junto con otros factores contemporáneos
como los vistos anteriormente,
hicieron que el color se fuera
incorporando en lo que ya parecía
“los principios de la imagen de
marca”.
El color, ya adaptado a las marcas,
conformó uno de los pilares de la
retórica visual de los logotipos,
estructurándolos como el elemento
simbólico de preferencia que marcaría
todo lo “remarcable” en la Edad
Media.
Aquí vemos como la marca empieza
a tener sus raíces con la llegada del
arte heráldico. La marca evoluciona
siendo caligrafada en el embalaje
del producto.
A principios del siglo XX, el cartel
publicitario fue el gran formato base
acogido por las marcas y las nuevas
empresas, que vieron en este gran
soporte un propagador nato de lo
que se quería transmitir, confianza y
competitividad. La gran relación
entre el formato y la empresa hizo
que se estableciera un nexo de unión
entre la marca y el producto.
Es en estos años, cuando empieza a
utilizarse el símbolo de marca, relacionando
la imagen con la marca y
no con el producto. Podemos pensar
a partir de aquí en la doble intención
de la marca o incluso, los principios
de la publicidad subliminal.
En esta efervescencia de marcas,
emergió la gran desconocida “identidad
corporativa”.
Mientras en EEUU las marcas competían
unas con otras para la adquisición
del mercado, en Alemania, la empresa
AEG ocupaba su tiempo en pensar la
creación de una concordancia estética
para todos los productos, lo que hoy
llamamos “elementos corporativos”.
Estos elementos, consistían en la creación
de una imagen unitaria para toda
la estructura empresarial y productos
de “merchandising”, antes desconocido.
De nada di ere, en materia gráfica, el
diseño empresarial de principios del
siglo XX del que conocemos actualmente.
Podemos decir que aquí quedan sentadas
las bases de las marcas y por
consiguiente, la imagen de marca, el
logotipo.
TOMADO DE: logos, identidad, brand
Reflexión del Diseño gráfico en la actualidad..
TOMADO DE: logos, identidad, brand
Reflexión del Diseño gráfico en la actualidad..
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